Arquitectura pasiva

La arquitectura pasiva como tal, existe desde siempre. La búsqueda de protección en épocas frías o del soleamiento en épocas cálidas, la ventilación de espacios o la apertura de huecos en función de las diferentes orientaciones son conceptos que han estado presentes desde que el hombre empezó a buscar cobijo.
Sin embargo, a principios del siglo XX el costo relativamente bajo de los combustibles fósiles fue explotado para el crecimiento industrial y su implantación llegó a ser prácticamente total. Esto influyó en todos los ámbitos de la vida cotidiana y también en la forma de construir; se hacían edificios poco eficientes con una alta dependencia de las instalaciones de acondicionamiento ambiental para alcanzar el confort interior. Pero el cambio climático, el Covid-19, las turbulencias geopolíticas o los altibajos de la economía han hecho que la conciencia social acerca de la sostenibilidad se dirija hacia una mayor eficiencia energética.
Todo ello ha influido totalmente en la forma de construir edificios. La vivienda pasiva, en sus comienzos allá por los años 80, retomó todos estos conceptos básicos que se fundamentaban en el instinto de protección del ser humano y los comenzó a aplicar de nuevo en la construcción. Los materiales y los conocimientos técnicos han evolucionado para dar servicio a todas estas necesidades surgidas de la nueva forma de construir.

En 141 ESTUDIO estamos convencidos de que este cambio de mentalidad es necesario y por ese motivo nuestra forma de construir y diseñar se centra en la búsqueda de la mayor eficiencia energética posible. Aplicamos los conceptos de arquitectura pasiva en nuestros proyectos de forma natural y animamos a nuestros clientes para que decidan en el mismo sentido.
Viviendas unifamiliares pasivas, la mejora de la envolvente térmica, rehabilitaciones… todas ellas son actuaciones que nos permiten conseguir esa mayor eficiencia energética que buscamos y que proporcionan mayor calidad de vida a nuestros clientes.